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viernes, 2 de julio de 2010

Todavia, en mi memoria.

Te deseo, tan solo de pensar en tu existencia siento ardor en la piel. Todavía sonrío y me sonrojo del recuerdo que vaga por mi mente. Esa noche, la primera y la única. Tu boca se fundía con la mía de una manera distinta, pero tan cálida y placentera. Inolvidable diría. Son de esos momentos que nos quedan tan frescos en la memoria que te siguen dando escalofríos en la panza.
Pero es solo un recuerdo, vano y tonto pero de tan hermoso que fue siento que lo soñé.
Me quemás desde lo mas profundo de mi ser, desde mis entrañas hasta la punta de los pies. Y me duele que no pueda tenerte ni un segundo. Te codicio cada centímetro de tu cuerpo. Daría mi vida por sentir tu aliento rosar por mi oreja y mi cuello. Vendería mi alma si es necesario para sentir tu piel suave con la mía.
Pero lamentablemente no puedo darte la vida, ni vender mi alma. Solamente puedo tenerte en mi memoria.

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